OREJA, EMPANADA, CONCHITA Y CHOCOLATIN
Un consentido de toda familia mexicana es el típico pan dulce; a la llegada de los españoles se comenzaron a implementar sus técnicas de panadería pero solo el sector pudiente de la sociedad era acreedor de probar estas delicias y el indio era utilizado en las panaderías para la amasada, en grandes cajones de madera les vertían el harina y solo se dedicaban a amasar durante toda la noche, poco a poco el pan dulce fue expandiendo su popularidad y ya no solo eran las clases pudientes quienes lo consumían sino que ahora los patrones ponían a los indios a que lo vendieran en las plazas y los mercados existiendo panes de diversas calidades, por ejemplo el pan de primera y mas caro que lo seguían consumiendo los adinerados era de harina bien molida fina de primera y el pan era horneado del día, el pan de segunda era de una harina menos fina no estaba tan molida y mas entera por ende el pan era mas corriente pero también era horneado del mismo día, este tipo de pan lo consumía la clase media en general, pero existía aun la explotación al indio y el patrón daba cierto numero de piezas de pan que era las mismas que tenia que vender en ese día, sino las vendía tenia que pagarlas de su dinero, pero para mitigar la deuda le daban la oportunidad de venderlo al día siguiente como pan frió para cubrir parte del adeudo y de ahí salía el pan de tercera, aun así muchas veces no lograban vender ni el pan frió y cada vez quedaban mas endeudados con el patrón, teniendo que pagar con trabajo amasando y vendiendo. Aun así y a pesar de todo el mexicano con su sagacidad y astucia logro aprender y adoptar las técnicas de panificación haciéndolo un icono de la gastronomia mexicana dándole un toque pícaro y divertido a sus confecciones y es ahí donde surgen la gran variedad que aun subsiste hasta nuestros días como lo son las chilindrinas, borrachitos, garibaldis, orejas, conchitas, puerquitos, picones, entre mas de tres mil variedades que se tienen registrados y que faltan sin registrar. E l pan dulce mexicano hoy forma parte de la dieta diaria y en cada mesa de cada familia se le ha a acostumbrado desde siempre.
A mi en lo personal tengo una gran debilidad por el pan dulce toda mi vida he sido aficionado a el y desde niño de la mano de mi padre recorríamos las panaderías de todo Tlaquepaque con sus hornos de barro o adobe empotrados en una pared metiendo y sacando los panaderos charolas hechas de hojalata con una larga pala de madera, aun recuerdo esos olores a pan recién horneado calientito esas cemas rellenas de crema, los cuernos y sobre todo los panques y uno de mis sueños es que cuando viejo quiero tener una panadería en mi casa y que toda ella huela a ese aroma que de niño tanto me cautivo.
Hoy quiero compartir con ustedes esta variedad de pan dulce que hicimos para nuestros desayunos pues un día comienza mejor si en el desayuno nos comemos una conchita y un buen jarro de café de olla o chocolate.
Un consentido de toda familia mexicana es el típico pan dulce; a la llegada de los españoles se comenzaron a implementar sus técnicas de panadería pero solo el sector pudiente de la sociedad era acreedor de probar estas delicias y el indio era utilizado en las panaderías para la amasada, en grandes cajones de madera les vertían el harina y solo se dedicaban a amasar durante toda la noche, poco a poco el pan dulce fue expandiendo su popularidad y ya no solo eran las clases pudientes quienes lo consumían sino que ahora los patrones ponían a los indios a que lo vendieran en las plazas y los mercados existiendo panes de diversas calidades, por ejemplo el pan de primera y mas caro que lo seguían consumiendo los adinerados era de harina bien molida fina de primera y el pan era horneado del día, el pan de segunda era de una harina menos fina no estaba tan molida y mas entera por ende el pan era mas corriente pero también era horneado del mismo día, este tipo de pan lo consumía la clase media en general, pero existía aun la explotación al indio y el patrón daba cierto numero de piezas de pan que era las mismas que tenia que vender en ese día, sino las vendía tenia que pagarlas de su dinero, pero para mitigar la deuda le daban la oportunidad de venderlo al día siguiente como pan frió para cubrir parte del adeudo y de ahí salía el pan de tercera, aun así muchas veces no lograban vender ni el pan frió y cada vez quedaban mas endeudados con el patrón, teniendo que pagar con trabajo amasando y vendiendo. Aun así y a pesar de todo el mexicano con su sagacidad y astucia logro aprender y adoptar las técnicas de panificación haciéndolo un icono de la gastronomia mexicana dándole un toque pícaro y divertido a sus confecciones y es ahí donde surgen la gran variedad que aun subsiste hasta nuestros días como lo son las chilindrinas, borrachitos, garibaldis, orejas, conchitas, puerquitos, picones, entre mas de tres mil variedades que se tienen registrados y que faltan sin registrar. E l pan dulce mexicano hoy forma parte de la dieta diaria y en cada mesa de cada familia se le ha a acostumbrado desde siempre.
A mi en lo personal tengo una gran debilidad por el pan dulce toda mi vida he sido aficionado a el y desde niño de la mano de mi padre recorríamos las panaderías de todo Tlaquepaque con sus hornos de barro o adobe empotrados en una pared metiendo y sacando los panaderos charolas hechas de hojalata con una larga pala de madera, aun recuerdo esos olores a pan recién horneado calientito esas cemas rellenas de crema, los cuernos y sobre todo los panques y uno de mis sueños es que cuando viejo quiero tener una panadería en mi casa y que toda ella huela a ese aroma que de niño tanto me cautivo.
Hoy quiero compartir con ustedes esta variedad de pan dulce que hicimos para nuestros desayunos pues un día comienza mejor si en el desayuno nos comemos una conchita y un buen jarro de café de olla o chocolate.